jueves, 15 de marzo de 2007

Educación y Sector Productivo

Educación y su relación con el sector productivo

Por: Natalia Ramos Martínez

“Lo teórico lo sé, pero no tengo nada de práctica y cuando tengo que enfrentarme al curso me cuesta comunicar mis ideas; y en los otros contextos cuando me tratan como profesional me siento cínica, porque no tengo idea de cómo haré las cosas, me siento interpretando un papel y eso seguirá hasta que tenga más experiencia”.

Arquitecto, recién titulada, 2006


¿Cuantos chilenos y chilenas recién titulados comparten este sentimiento?, esta necesidad de enfrentarse con más herramientas al mundo laboral. Situaciones como esta reflejan la brecha que se hace evidente entre el sistema educativo y el sector productivo. Por un lado a las empresas se les hace imperativo contar con recursos humanos capaces de sustentar niveles de competitividad. Hoy en día es observable la preocupación por incorporar buenas prácticas de gestión de recursos humanos. Reclutar, compensar, adaptar e innovar son parte de un nuevo léxico de los negocios y de las empresas, no incorporarse a esta tendencia significa la condena a la obsolescencia y la declinación. Las nuevas tensiones que produce la transformación de mercados e industrias muestran síntomas inequívocos; despidos masivos, fusiones, declinación de profesiones, la pérdida del sentido de carrera son parte del nuevo paisaje del mundo del trabajo (Sistema de Formación Permanente, Chilecalifica, 2005). Frente a esta situación nos podemos encontrar con que por una parte los “empresarios” se quejarían por la falta de habilidades y capacidades con que egresan los alumnos (as), con un déficit al momento de transferir lo teórico a lo práctico; y por otro estaría la sensación de los alumnos (as) de “no saber nada” al momento de titularse. Ambas perspectivas reflejarían que las materias impartidas y objetivos propuestos por los establecimientos educacionales, de enseñanza superior y/o técnico profesional, no cumplirían con los requerimientos del mercado laboral.

Sin duda que las características del mercado laboral han cambiado sustancialmente en las últimas décadas, quizás a una velocidad mayor que el sistema educativo. Un claro ejemplo de evidencia en cosas tan sencillas como cuando se busca trabajo:

“Se necesita psicólogo laboral mínimo 2 años de experiencia para trabajar una empresa regional”. Diario El Copiapino

“Se necesita psicólogo (a) free lance titulado con al menos tres años de experiencia profesional. Debe manejar técnicas de selección por competencias (EEC y AC) e instrumentos proyectivos (Rorschach y Luscher). Experiencia en la evaluación de cargos profesionales, nivel medio y gerencia. www.bumeran.cl/aplicantes/empleos

“Se necesita psicólog@ clinic@ para centro médico en zona Majadahonda (Madrid)” Requisitos: Experiencia en puesto similar. Remitir CV a Email: losvallesmedical@hotmail.com

Remitiéndonos a estos anuncios de empleo ¿Qué diferencia existe entre ellos tres? Si nos enfocamos en el canal utilizado, el acceso a la información o en el contenido podemos encontrar varias. Más los dos últimos tienen algo similar: ambos son virtuales, se pueden encontrar en cualquier sitio donde se acceda a Internet, y eso significa: toda la orbe. Distinto es el caso del primer enunciado, tradicional, prensa escrita, delimitado a un período de tiempo y lugar determinado. Sin embargo, se puede decir que todos cumplen con sus objetivos: proveen información. Más los dos últimos abarcan un público masivo, casi de manera inmediata y con bajos costos, es decir, responden a tiempos actuales y dan cuenta de la conectividad mundial; y sobretodo de la inmediatez que el sector productivo demanda hoy.

Ejemplos tan sencillos como los citados anteriormente, nos reflejan el cambio que estamos experimentando, cambios que la educación debe asumir con prontitud, en especial, aquellas enfocadas a la enseñanza superior y técnico – profesional.

Como lo plantea muy bien Mena (2005)[1] “la década de los noventa brindó al país la alternativa de seguir en la situación en que se encontraba, formando parte de la periferia económica, social y política, o bien, participar de los movimientos tendientes a entender el desarrollo del mundo bajo el concepto de “aldea global”. Chile optó por esta última y junto con ello aceptó el desafío implícito de desarrollar una economía con crecimiento sustentable. Así mismo, asume, reconoce y coincide con experiencias internacionales, que para conseguir aquello, lo fundamental es contar con un capital humano calificado y esto sólo se logra a través de un pilar fundamental: la educación.

Se hace evidente entonces que la educación está en miras de cambios, de los cuales algunos ya se han develado: se cambia el enfoque de la enseñanza hacia el aprendizaje; la educación comienza a integrar una nueva dimensión de la persona: al objetivo de la formación para el desarrollo personal se le agrega una formación para la vida social y laboral, es decir, la persona además de individuo inserto en una vida social, es un ciudadano inserto en un mundo económico” (Mena, 2005). Es aquí, donde radica el cambio de mirada hacia el proceso de aprender a aprender, el educando además de poseer los conocimientos mínimos obligatorios, lo que se espera para que se desarrolle con éxito en un mundo económico es que sea un ciudadano con las competencias adecuadas y requeridas para dar respuesta a un nivel de producción de alta calidad.

Una idea esencial queda implícita en lo ya expuesto: la educación debe ir de la mano con el sector productivo. Si queremos lograr personas competentes en el mundo laboral, debemos tener claro que es lo que se necesita en el sector productivo y qué es lo que ellos esperan de un trabajador y cuales son las competencias necesarias para que responda a altos índices de calidad laboral.

La respuesta por parte del gobierno a esta realidad, ha ido avanzando, hoy por hoy se encuentra en el senado el proyecto de ley de certificación por competencias, que apunta precisamente a la importancia otorgada a las capacidades, habilidades y conocimientos que una persona puede adquirir a lo largo de la vida, es decir, una formación permanente (Fundación Chile, 2006). Para ello, se han conformado entidades tales como Fundación Chile, eje central e impulsor en la formación de programas como Chilecalifica, Preparado, Gestión Escolar, Educar chile, entre otros. Todos apuntando a la implementación de este modelo basado en competencias. En la actualidad ya existen materiales y resultados de este proceso que se ponen a disposición del docente. Se han definido las competencias para la empleabilidad y se diseñó una metodología basada en este modelo para desarrollar estas competencias, e incluso se pone a disposición material didáctico para el docente, con el fin de que incorpore estos conocimientos en su quehacer educativo.

En Chile se movilizan recursos, se investiga, se entregan resultados y se realizan mecanismos de acceso a ellos (páginas web con material descargable, bibliotecas virtuales, etc.), más tal como sucedía años atrás (y quizás ahora también) con la prueba de evaluación externa, SIMCE, los resultados y materiales a disposición no son aprovechados por la mayoría de los docentes. Me atrevería a decir, que muchos docentes desconocen la existencia de la creación de perfiles de competencias, creación de metodologías y materiales que se enmarcan bajo el modelo ya mencionado. Es más, algunos de los sentimientos que podría recoger a nivel personal con respecto a los docentes, es su reiterada pregunta: ¿qué se espera de nosotros?, sin saber que un real acercamiento a esa respuesta la encuentra en una página web: www.gestionescolar.cl, donde se ha llevado a cabo un completo trabajo junto a Fundación Chile y el Ministerio de Educación, entregando como producto el levantamiento de 18 perfiles basado en competencias (un perfil por cada miembro de un establecimiento escolar, desde el Director hasta la persona encargada de la Biblioteca), 68 competencias funcionales, 12 competencias conductuales, además de los conocimientos y habilidades necesarios de un profesor para cada uno de los subsectores. ¿Qué falta entonces? Quizás espíritu investigativo, sistematización, gestión del conocimiento, porque vocación siento que abunda a pesar de la mirada contraria que ha veces se percibe. Las herramientas están y el gobierno ha realizado intentos para estrechar la brecha entre lo que “produce” el sistema educativo y lo que “espera” el sector productivo hoy.

Queda planteado que uno de los grandes desafíos es responder a la relación entre Educación y Sector productivo. Queda claro de igual modo, que ya no se puede abordar el proceso educativo con la misma mirada y metodología desde hace 40 años atrás y esto lo ha asumido el gobierno y pone a disposición de los docentes el producto de estos primeros intentos por acercar el sistema educativo con el sector productivo; y se asienta que nuestro país, al momento de asumir la conectividad global y crecer en base a una economía sustentable, se hace cargo de igual modo de la importancia de contar con un capital humano calificado para conseguir estos fines, siendo la educación la vía más potente para seguir el camino del desarrollo.

Si el sistema educativo, los docentes de hoy y principalmente los docentes formadores de docentes no asumen la importancia de una formación permanente y la responsabilidad de cambiar las metodologías de enseñanza, me atrevería a pensar, que difícilmente estaríamos cumpliendo con el objetivo fundamental de la educación: formar personas eficientes sociales.

Finalmente, rescato lo que plantea en su documento de Competencias Laborales, Chilecalifica (2005):

“…es posible observar que los directivos y profesores del país hacen importantes esfuerzos por realizar gestión y docencia no siempre en las condiciones más adecuadas, demostrando un alto grado de compromiso y responsabilidad por su trabajo, por lo tanto se puede concluir que no está en juego la vocación, el entusiasmo y el sentido de entrega a la profesión docente, sino la debilidad en competencias que bien identificadas, son perfectamente superables a través de la capacitación y el desarrollo. De eso no tenemos dudas… “
[1] Mena, F (2005). presentando el libro: “Educación Desarrollo y Formación de Recursos Humanos, escrito por Haverbeck, E. Ediciones Universidad Austral de Chile, Valdivia.

5 comentarios:

Elias Yaquich dijo...

Estimada Natalia:
Muy de acuerdo con usted, en el tema de las competencias que deben tener los profesionales que egresan de las instituciones formadora, y lo ancrónico que son algunas mallas curriculares, estimo que se necesita una reingeniería, en cuanto a formar en las reales competencias que requieren los profesionales para enfrentar el mundo laboral.
En cuanto a su blog, espero ver varios comentarios, por ello le invito a visitar mi blog donde está los link de sus compañeros/as de curso.
Atte.
E Yaquich

Natalia Ramos Martínez dijo...

Agradezco el comentario de Marcelo Olivares, quien no tiene cuenta en google, pero de igual modo esta presente.
Él opina lo siguiente:
Coincido además en que la educación está el camino, pues muchas veces se culpa a las empresas de dar poca oportunidad, sin embargo, es entendible su postura de buscar personal calado q produzca de inmediato, mas aun cuando en Chile el 97% de las empresas son pequeñas y medianas y no se pueden dar el lujo de preparar profesional
Aún cuando creo q el salto de la educación a lo laboral siempre presentará una brecha pero se puede disminuir.

Unknown dijo...

Estoy completamente de acuerdo con tu publicación. Además aprovecho la instancia para felicitarte por tu blog, resulta ser un sitio muy interesante.

Alejandra Rojas.
Enfermera.

Daniela dijo...

Ciertamente su espacio es una ayuda a las bases pedagógicas de hoy en día, que pretenden reformarse a través de una intervención descriptiva e intencional de lo que a veces se relaciona con organismos vacíos, pasivos e inertes. Frente a esto como modelo, se sitúa al sujeto como agente activo y observable, para poder afrontar sustantivamente en el campo de la investigación educativa. Se dice que la ignorancia no es un estigma vergonzoso ni tampoco el desconocimiento, sin embargo es necesario buscar respuestas y resolver enigmas para formar efectivas aptitudes en los profesionales que se insertan en el campo laboral.

Futura Docente

Yessica Contador Veas dijo...

¡Hola! Natalia al visitar tu de blog me pude dar cuenta el manejo de la tecnología y por supuesto te felicito.
También muy de acuerdo contigo para proponerlos un tema que te parece juan Casassus cuando dice"El aprendizaje depende de las emociones", nos juntamos el viernes ¡ya! besitos